lunes, 10 de septiembre de 2012

Mares de desesperación

En un momento más que crítico para la moral social vienen ipso facto a mi mente grandes palabras como: libertad de expresión, democracia, tolerancia, respeto,igualdad... Palabras que parecen haber perdido su significado, palabras que han perdido valor en una sociedad que no se esfuerza por revivirlas y hacer que resurjan.

El mundo cada vez se vuelve más opaco, más oscuro. Y empezamos a actuar como si fuéramos animales a través del subsuelo, en lo más bajo del espacio natural. ¿Nos detenemos para plantearnos por qué hemos llegado hasta ahí? No lo creo.

Y vivimos "felices" o simulando que lo somos sin querer exigirle más a la vida, y sin querer alzar la vista más allá de nuestro propio ombligo. Nos conformamos con la mediocridad de no tener una vida justa. Nos olvidamos de abrir los ojos para así evitar ver realidades más allá de las nuestras que nos asustan. Y lo hacen porque sabemos que eso es lo que nos puede deparar el futuro si no actuamos.

Esta premisa ,anteriormente expuesta, solo explica como está en estos momentos la sociedad española. Una sociedad a la que se le ha privado prácticamente del consumo enriquecedor cultural, se le esta privando de derechos, se le priva de educación y de un largo etcétera  ¿Y todo para qué?
Para convertirnos en ovejas que balan al mismo son, que no tienen ni voz ni argumento propio.

El problema es precisamente que no vemos donde esta el problema. Somos una sociedad que anda a ciegas en un mar de consumismo, especulación, manipulación, engaño, superficialidad... Necesitamos alguien que nos salve de ahogarnos y ese alguien somos nosotros mismos.

Hasta que la sociedad no entienda que el cambio empieza por cada uno no podremos progresar.

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