domingo, 26 de agosto de 2012

Creemos una sociedad que no se rinda.

Aquí os dejo el discurso final de la película el Gran dictador.

" Lo siento, pero yo no quiero ser emperador. Ese no es mi oficio. No quiero gobernar ni conquistar a nadie, sino ayudar a todos si fuera posible: judíos y gentiles, blancos o negros. Tenemos que ayudarnos unos a otros, los seres humanos somos así.Queremos hacer felices a los demás, no hacerlos desgraciados. No queremos odiar ni despreciar a nadie. En este mundo hay sitio para todos, la tierra es rica y puede alimentar a todos los seres. 

El camino de la vida puede ser libre y hermoso, pero lo hemos perdido.La codicia a envenenado las almas, a levantado barreras de odio, nos ha empujado hacía la miseria y las matanzas. Hemos progresado muy deprisa, pero nos hemos encarcelado a nosotros. El maquinismo que crea abundancia nos deja en la necesidad.

Nuestro conocimiento nos ha hecho cínicos, nuestra inteligencia: duros y secos. Pensamos demasiado y sentimos muy poco. Más que máquinas necesitamos humanidad, más que inteligencia tener bondad y dulzura. Sin estas cualidades la vida será violenta, se perderá todo. 

Los aviones y la radio nos hacen sentirnos más cercanos. La verdadera naturaleza de estos inventos exige bondad humana, exige la hermandad universal que nos una a todos nosotros. Ahora mismo mi voz llega a millones de seres en todo el mundo, a millones de hombres desesperados, mujeres y niños. Víctimas de un sistema que hace torturar a los hombres y encarcelar a gentes inocentes. 

A los que puedan oírme les digo: no desesperéis, la desdicha que padecemos no es más que la pasajera codicia y la amargura de hombres que temen seguir el camino del progreso humano. El odio de los hombres pasará y caerán los dictadores, y el poder que le quitaron al pueblo se le reintegrará al pueblo. Y así mientras el hombre exista la libertad no perecerá. 

Soldados, no os rindáis a esos hombres que en realidad os desprecian, os esclavizan, reglamentan vuestras vidas y os dicen lo que hacer, lo que pensar y lo que sentir. Os barren el cerebro, os ceban, os tratan como a ganado y como a carne de cañón. No os entreguéis a estos individuos inhumanos, hombres máquinas con cerebros y corazones de máquinas. Vosotros no sois máquinas, no sois ganado,  sois hombres. Lleváis el amor de la humanidad en vuestros corazones, no el odio. Solo los que no aman odian, solo los que no aman y los inhumanos. 

Soldados no luchéis por la esclavitud sino por la libertad. En el capítulo 17 de San Lucas, se lee el reino de Dios esta dentro del hombre, no de un hombre ni de un grupo de hombres, sino de todos los hombres. Vosotros, el pueblo, tenéis el poder. El poder de crear máquinas, el poder de crear felicidad. Vosotros el pueblo de hacer esta vida libre y hermosa. De convertirla en una maravillosa aventura. 

En nombre de la democracia utilicemos ese poder actuando todos unidos. Luchemos por un mundo nuevo, digno y nombre. Que garantice a los hombres trabajo y a la juventud un futuro, y a la vejez seguridad. Con la promesa de estas cosas las fieras alcanzaron el poder, pero mintieron. No han cumplido sus promesas y nunca las cumplirán. Los dictadores son libres solo ellos, pero esclavizan al pueblo.

Luchemos ahora nosotros para hacer realidad lo prometido. Todos a luchar para libertar al mundo, para derribar barreras nacionales, para borrar la ambición, el odio y la intolerancia. Luchemos por el mundo de la razón, un mundo donde la ciencia y el progreso nos conduzca a todos a la felicidad. 
¡¡Soldados, en nombre de la democracia, debemos unirnos todos!!








2 comentarios:

  1. Raquel, al leer tus lineas, no sé por qué, me he acordado de la película de Espartaco. No sé si la has visto. Pues en está película, más allá de las peleas de gladiadores, se encuentra el dilema de la esclavitud y la libertad. Cuestiona ambas felicidades la del dictador y la del esclavo, la progresión de la utópica república de romana, donde un consejo de sabios "organizaba" la vida pública, a la decadente dictadura de este imperio.
    Y es que el hombre es un ser lleno de promesas sin cumplir. Ya lo decía Hobbes "El hombre es un lobo para el hombre". Somos la especie mas sanguinaria y peligrosa del planeta.
    Ojalá llegase esa revolución que acabase con las injusticias Raquel, ojalá encontremos la libertad.

    Pd: Un besote monstri¡¡.

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  2. Estoy de acuerdo contigo, pero no creo en ese ojalá encontremos la libertad. Pienso que todos los derechos humanos deberían ser un concepto innato e incuestionable en la sociedad.
    Como tu dices por desgracia el ser humano es una especie peligrosa y despiadada y si eso conduce a que tres o cuatro poderosos me arrebaten mis derechos yo no voy a quedarme sentada esperando un ojalá.
    Creo que nuestros padres y abuelos lucharon para preservar unos derechos y conseguir un estado de bienestar, claramente si observas el panorama actual verás como distan sus expectativas de la actual realidad.

    Lo que te quiero decir es que me gustaría poder cambiar ese ojalá por un : encontraremos todos juntos la libertad.
    Siempre hay que soñar con la utopía y luchar por ella.

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