jueves, 8 de diciembre de 2011


Innumerables actos me confirman día a día la existencia del amor.
Pese a mi desfavorable tino en estas lindes , creo fervientemente en la existencia de "una media naranja".
Disfruto de un amor que no me pertenece, de un amor que existe en cada minúsculo rincón del mundo. Es inevitable que al ver como una pareja expresa su amor no me emocione. También creo con cada parte de mi cuerpo ,que sonrío al verlo porque deseo que eso me pase a mí.
A cada segundo que transcurre , me doy cuenta de que este espacio en el que expreso mis emociones se ha convertido en mi rincón de amor.

Es asombroso como una persona como yo, que nunca ha sido amada, sea capaz de creer tantísimo en algo como es el amor. O tener esa fe ciega en que un día se alinearán todos los planetas,mundos o galaxias para que me toque a mí participar con mi propia historia en este bonito vaivén de sueños. Pero, soy de la firme idea de que jamás puedes renunciar a pensar que algo bueno te puede pasar a ti, porque tu eres como los demás,no eres diferente, simplemente especial.

En un acto de introspección, he llegado a la conclusión de que no se puede buscar el amor, como no se puede buscar a Dios. Buscar algo tan apasionadamente solo tiene un nombre, frustración. Y es que el amor no se puede buscar. Es ese algo en lo que crees, que sabes que existes aunque no lo hayas visto. ¿Qué maravilloso ,no?

Una de mis películas favoritas dice lo siguiente

"Para hallar el equilibrio que buscas debes tener los pies tan firmemente plantados en la tierra que parezca que tienes cuatro piernas en lugar de dos. De este modo podrás estar en el mundo. Pero debes dejar de mirar el mundo con la mente. Tienes que mirarlo con el corazón. Así llegarás a conocer a Dios."
Esta frase me recuerda día a día que debemos dejarnos atrapar por la vida, que tenemos que rendirnos ante sus encantos y aprender a saborear los ricos instantes de emociones que nos proporciona.
Hay tantas frases que me gustaría rescatar de esa película, aunque eso ya lo haré en otro apartado.

Por último y sintiendo que intensidad emocional se va a desbordar por hoy, quiero mandar desde mi rincón al cielo un beso a la persona que más extraño en mi vida. Un beso abuelo, te quiero. Ten la certeza de que sigues siendo mi luz y mi inspiración.

Desde cada espacio y rincón
yo te anhelo
En el momento de desesperación
yo te busco y espero.
En mi convicción
yo te siento.
Y siempre en mi corazón
yo te quiero




No hay comentarios:

Publicar un comentario