sábado, 17 de diciembre de 2011

Érase una vez un faro

En el faro de tu boca, donde la luna dibuja tu sonrisa, nos mecemos en el sueño de un bonito mañana, que con destellos y luces se abre paso ante la oscuridad de la noche.
Bajo esa brisa amiga, nuestros besos acompañan las primeras horas del día.
Agarrados de la mano, fundiéndonos en una unión mística.
Verdadero es el desaliento que siento cuando te vas, cuando pierdo tu caminar, cuando no tengo en frente tus ojos, que burlan mi razón.

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