Ese amor de ciencia ficción que nos hace volar desde la silla de nuestro escritorio mientras nuestra mirada,entrañable y tierna, se clava en la preciosa pareja que se acaba de formar.
Por mucho que nos empeñemos en encontrar algún detalle peliagudo no lo conseguiremos, el porqué es claro, porque ese amor no es de verdad, es una fantasía una ilusión que se crea en los corazones de la gente sensible que quiere amar o mejor dicho que quiere ser amada.
Esas imágenes no se aproximan ni mucho menos con la realidad, pero a gente como yo nos encantan porque creemos que algún día eso nos pasará a nosotros, que un príncipe azul vendrá a despertarnos de nuestro letargo de amores insuficientes y algo ruinosos.
Lo malo es que los príncipes no existen, ni tan siquiera las princesa.
Solo somos simples ciudadanos de este rincón, de un lugar llamado mundo, marcados por nuestras virtudes y nuestros defectos.
Querer a alguien no es sencillo, pero eso nos lo enseñan todas estas películas. Lo que deberían aclararnos es como querernos a nosotros mismos, o como desbordar la autoestima suficiente para que alguien se enamore de ti.
Pero esto es imposible, porque eso es una cuestión que debemos aprender por nosotros mismos.
Este apartado es un alegato a la fortaleza y una oda al amor , que nos indica que lo importante no es vencer sino intentarlo, luchar por lo que uno quiere, por lo que uno desea.
Hablando ayer con una amiga me de cuenta de que quizás somos un poco conformistas, que nos resignamos a buscar el amor por el miedo al dolor.
Esto se tiene que acabar, haré que mis fuerzas persistan y mis ilusiones permanezcan con migo en el camino de la búsqueda de la felicidad.
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