domingo, 19 de agosto de 2012

Perdiendo

No tener motivos para escribir hace que las palabras broten por estos espacios más fluidas. Vagando, en esta nueva noche, por el mar de dudas que lleva anidado en mi cabeza desde hace un año, regreso aquí. Y de nuevo vuelven la soledad y el miedo. Tengo muchísimas razones para seguir adelante y seguir luchando por esto, pero tan solo dos aspectos negativos hacen que la balanza se desequilibre y tienda a descontrolarse.

Sé que cuando me enamoro intento buscar excusas para escapar de esas situaciones maravillosas por miedo al dolor. Pero, llega un momento en el que se hace difícil diseñar estas excusas que además pierden sentido con el paso del tiempo. Ya no puedes ocultar lo que es evidente y eso me asusta porque te sitúa irremediablemente en el punto de mira de la otra persona. El dar a esa  persona la capacidad de conocerte y saber de ti te deja en una posición vulnerable. Porque ya conocen la manera de hacerte o bien feliz o la manera de hacerte sufrir.
Eso es lo que me da miedo del amor.

Me da pánico perderme en  un te quiero y sufrir por un hasta pronto. Tengo miedo a perder mi gran razón por una ridícula excusa que solo busca crear una coraza que en mi no existe. No quiero dar una imagen de débil y hipersensible, pero tampoco quiero parecer fría. Se que este aspecto puede parecer incomprensible. Cuando la gente ama y se siente correspondida intenta darlo todo y disfrutar del momento sin importar el que pasará o el si la otra persona le hará daño o no.

Con el paso del tiempo he sido capaz de ir perdonando muchas cosas, pero cada vez que me desilusionan y una historia se acaba, retrocedo cual cangrejo respecto a todos los avances que podía haber hecho. Y ese aspecto de mi sin duda no me gusta.  Siento que muchas veces no soy capaz de aprender y si aprendo no lo hago en seguridad y fortaleza, lo hago en técnicas para la protección y el cuidado de mi zona cómoda.

Pese a todo lo anterior, intento esforzarme e intentar reconstruirme poco a poco. Quiero dejar de ser esa chica que es incapaz de ir a una cita sin estar nerviosa, quiero dejar de temblar debajo de la mesa aguardando un rechazo, quiero mostrar seguridad y firmeza, y sobretodo quiero ser yo misma sin miedo a que me rechacen por ello.

2 comentarios:

  1. ya te echaba de menos por aquí.. durante todo el tiempo que estuve leyendo tu entrada no paraba de repetirme, " no puedes tener miedo, no puedes tener miedo a tu sustento, a tus bocanadas de oxigeno, , el amor" pues claro que podrán hacerte daño, siempre pensé que ni todo el dolor, ni los malos ratos son equivalentes a los mínimos momentos de auténtico extasis,.. vive, lanzate amiga

    ResponderEliminar
  2. Ya entiendo lo que dices, pero ya sabes que la teoría no acompaña a la práctica y aunque muchas veces piense que merece la pena quedarse con los buenos momentos únicamente, luego hay momentos en los que tienes la moral un poquillo por los suelos y prefieres aferrarte a lo malo.
    Gracias por lanzarme las ganas para dar esa bocanada de oxígeno.

    ResponderEliminar