viernes, 30 de marzo de 2012

El día de ayer 29M

Creo que hoy más que nunca me va a costar trasladaros todo lo que sentí ayer, día 29 de Marzo de 2012.

En los últimos meses podría decir que he ido a varias manifestaciones, pero sin duda el día de ayer fue especial. Vi no solo a cuatro o cinco revolucionarios, vi a un pueblo que respondió a una llamada social. Tuve la sensación de que todos bajo el mismo grito nos hacíamos más fuertes. Por primera vez en estos días del gobierno popular, vi como la gente dijo basta, y no quiere que este gobierno siga con la sucesión de atropellos que ha llevado a cabo en estos últimos meses.
La gente se ha cansado de quedarse impasible viendo como le roban cada uno de sus derechos, por los que tanto se luchó en la historia, y además en una historia no muy lejana que deberíamos tener presente cada día.

Debe removernos la conciencia la clase de personas que gobiernan este país, personas a las que se las ha olvidado el valor de los derechos y libertades del pueblo español, personas que no miran más allá de lo que no quieren ver.
El día de ayer quiso demostrarles que el pueblo, y la lucha social no va a terminar; pero ellos como siempre pintaron su propia realidad desarticulando nuestras potentes voces. Voces, que son a día de hoy nuestra arma más preciadas y con las que seguiremos combatiendo, siempre desde el ejercicio del discurso.


Esta semana tuve un acalorado debate con una de mis profesoras que expuso deliberadamente que deberíamos acabar con la democracia tal y como la conocemos, eliminando congreso, senado y tantas otras cosas que dijo...
Lo que me pareció más alucinante de todo, y os juro que había muchas cosas con las que alucinar, fue que de una clase de 100 personas ni una sola quiso dar la cara por la democracia, ni una sola. Me sentí bastante sola, esperaba que los jóvenes, presente y futuro como se nos decía ayer, tuviesen algo que decir.

Una ciberdemocracia, esa era la solución para mi profesora eliminar todo y cuanto conocemos, para implantar una nueva democracia tecnológica. Después debatir durante más de una hora con ella su solución a su mal discurso fue desacreditarme y decirme "¡¡Chica es lo que hay!!"

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